11 años escuchando el nombre de Alexander von Humboldt, de escuchar sus frases, sus aventuras, sus descubrimientos, y el por qué debemos sentirnos tan orgullosos de que nuestro colegio se llame igual que él, parecen no haber sido en vano, pues no solo me siento orgullosa del nombre de mi colegio, sino también de que haya existido hombre tal, que prefirió entregarse a la humanidad a quedarse disfrutando de la fortuna que había heredado de sus padres.
Faltan tan solo 4 meses para que cruce las puertas de mi colegio con uniforme por última vez, para olvidarme que el sonido del timbre significa que debo regresar al aula, para alejarme de los compañeros con los cuales compartí 11 años, más de 7 horas diarias, para dejar de pensar que si saco un "rojo", lo podré recuperar en otro bimestre; en fin, para olvidarme de tantas cosas, para aprender nuevos horarios, conocer nuevos amigos, y prepararme, como dice el prof. Loayza: "para la vida". Y me doy cuenta, que les debo mucho a mis padres, que escogieron el mejor colegio para mi, porque en este colegio aprendí a valorar cada momento con las personas con las que estudio, aprendí a verlos como amigos y no compañeros de clase, aprendí a llorar, luchar, reír y celebrar por mi promoción; puede que pase mucho tiempo para reunirnos todos una vez más, pero confió en que como yo, cada uno de ellos, de mis amigos, de mi promo, recordarán siempre estos maravillosos 11 años que compartimos bajo el nombre de Alexander von Humboldt, y que crecimos bajo el sello de la EXCELENCIA.
Hay tantos recuerdos grabados en nuestra memoria, desde el primer día de clases en 1ro de primaria, hasta hoy, tantas travesuras guardadas para siempre entre nosotros, tantos secretos que prometimos no decir, tantas emociones al recordar nuestra niñez juntos, tanta nostalgia al darnos cuenta de que cambiamos, tanto aprecio por nuestros maestros, tanto cariño por nuestros amigos, en fin tantas cosas que no se pueden olvidar. No me quisiera ir, no quisiera que esto acabe tan rápido,pero no se puede evitar, le agradezco tanto a este colegio, que estoy segura que jamás dejaré de sentirme orgullosa de haber estudiado en tan prestigiosa institución, y de que siempre formaré parte de la familia humboldtiana, pues de eso se trata, no de una empresa, no de un colegio, ni siquiera de una comunidad, se trata de una familia. Una familia que jamás olvidaré!
11 años bajo el nombre de Alexander von Humboldt, 11 años bajo el sello de la excelencia!
Publicado por
Carla
on miércoles, 9 de septiembre de 2009
0 comentarios:
Publicar un comentario